La Revolución de las Radios Libres en Gran Bretaña
A principios de la década de 1960, la British Broadcasting Corporation (BBC) tenía el monopolio de la radio en el Reino Unido. De hecho, aparte de una red de televisión comercial, las ondas de radio eran propiedad de la BBC. Como sucede con cualquier monopolio, debido a la falta de competencia, la emisora no estaba particularmente interesada en brindar servicios de mejor calidad, y que se ajustaran a la demanda de los británicos. Por eso, algunas personas comenzaron sus propias estaciones de radio transmitiendo sus programas desde barcos ubicados fuera de las aguas territoriales británicas. Estos se conocían como radios libres (o piratas).
A medida que el rock ‘n’ roll y la música pop se estaban volviendo cada vez más populares en los Estados Unidos, hubo una creciente demanda pública de que este tipo de música se emitiera en el Reino Unido. Sin embargo, la BBC, que favorecía las noticias, la información, los entretenimientos ligeros y los programas para niños, no aceptó esa solicitud. La única alternativa para los británicos era Radio Luxembourg, que, además de no emitir tampoco música rock y pop, tenía una recepción de onda media muy pobre a medida que la señal de la emisora entraba y salía. Esta demanda podría haber sido satisfecha fácilmente por la competencia si no fuera por la negativa de Gran Bretaña a otorgar licencias de radio a emisoras comerciales.
La idea de las radios libres
Un grupo de empresarios y entusiastas de la música decidieron hacer algo al respecto y desafiaron a las autoridades llevando al mar viejos barcos pesqueros y transmitiendo programas desde aguas internacionales, lo cual estaba fuera del alcance legal de las autoridades y por lo tanto no lo ilegalizó. Este grupo incluía a Ronan O’Rahilly, un empresario irlandés que vio potencial en la Radio Atlanta de Gordon McLendon, que se transmitió brevemente desde un barco entre mayo y julio de 1964. O’Rahilly adquirió el plan de negocios y utilizó los planos para crear su propia Radio Caroline en el mismo año. Don Pierson, otro emprendedor que vivía en Estados Unidos, tuvo la idea de lanzar su propia Radio London después de leer un reportaje en The Dallas Morning News sobre el inicio de Radio Caroline y Radio Atlanta.
Cuando comenzaron a transmitir a mediados de los años 60, habían llegado a casi la mitad de la población británica, dando su primera exposición a algunas de las bandas más importantes de la época como The Rolling Stones.
Radio Caroline y Radio London
La primera gran estación de radio pirata británica fue Radio Caroline. Comenzó a transmitir desde un barco llamado «Mi Amigo» frente a la costa de Essex en 1964. Radio Caroline pronto se convirtió en una de las estaciones más populares con una audiencia de un tercio del tamaño de la audiencia de la BBC en las partes del país donde la señal podía ser recibida.
Pero la más exitosa de todas fue Radio London, a menudo conocida como Big L. Es la estación de radio que influyó en la mayoría de los cambios en la radiodifusión británica. Radio London utilizaba presentadores británicos que adoptaban técnicas de transmisión estadounidenses populares. Este fue un punto de inflexión para la BBC, ya que se enfrentaron a una competencia seria por primera vez y tuvieron que reconsiderar su estilo de transmisión.
Ley de delitos marítimos
En 1967, el gobierno británico, en ese momento, dirigido por el Partido Laborista, bajo algunas acusaciones generales hacia las estaciones de radio piratas, aprobó la ley de delitos marítimos (The Marine Offences Act). Esta hizo ilegal que un barco pirata transmitiera dentro de las aguas territoriales del país que se extendían a cinco kilómetros de la costa. Además, también ilegalizó el servicio de esos barcos desde cualquier puerto británico y la publicidad de esas estaciones por parte de empresas británicas. La ley de delitos marítimos hizo extremadamente difícil que las radios libres continuaran funcionando. Esta ley fue simplemente una forma para que el gobierno defendiera su propia institución de radiodifusión monopolística, la BBC, que se sintió amenazada por el éxito de esas radios.
Finalmente, se reveló que la BBC había conspirado contra las radios piratas. En primer lugar, monitoreaban su producción e informaban sobre cualquier controversia a los políticos. En segundo lugar, los habían censurado al prohibir que los presentadores de radio piratas aparecieran en la BBC y sus propios presentadores ni siquiera podían mencionar las radios libres. Y, por último, habían presionado a los grandes artistas de la época como los Beatles y Cliff Richard para que embargaran sus propios discos en las emisoras libres. Pero la BBC fue aún más lejos para defender los intereses del gobierno, llevaron a cabo una investigación sobre el perfil de edad de los oyentes de las radios libres para ver cuántos tenían la edad para votar, ya que el gobierno laborista temía una reacción violenta de los votantes si debían cerrarlos. Las radios piratas apoyaban públicamente a los conservadores, ya que no se oponían a su actividad a diferencia del Partido Laborista. Tal como temía el gobierno, los conservadores ganaron las elecciones del Consejo del Gran Londres en 1967.
Al final, la BBC se retiró de cualquier campaña abierta contra las radios libres porque temía que su propia impopularidad creciera. Lo que el gobierno no esperaba es que la ley de delitos marítimos, al cerrar la mayoría de las radios piratas, crearía una migración de su personal calificado a la BBC. Por ejemplo, Dave Cash, que era el copresentador del Kenny and Cash Show en Radio Caroline, fue contratado por la BBC y trabajó allí hasta su muerte en 2016. Aunque luego admitió: «Nos odiaban, pero nosotros no nos importaba. ¡Y todavía no nos importa! Tomo su dinero, pero todavía no me importa. Y si necesitan un pirata de verdad allá en Estados Unidos, soy la persona que están buscando» Esto creó un gran cambio dentro de la BBC, ya que los piratas lograron que la BBC creara su primera radio de música pop.
El resurgimiento de las radios libres
A pesar de la ley de delitos marítimos, Radio Caroline continuó transmitiendo durante mucho tiempo, desafiando la prohibición del gobierno. Por supuesto, una ley no es necesariamente justa y no hay garantía de que la gente la respete. Ese fue el caso aquí.
Además de Radio Caroline, en 1970, una nueva estación llamada Radio North Sea International (RNI) ganó popularidad. Durante cinco años, se transmitió desde el mar a Gran Bretaña, Alemania y los Países Bajos.
La historia de estas radios fue inspiradora, ya que esos piratas lucharon por la libertad, contra el gobierno y su monopolio. Se habían convertido en la competencia de libre mercado que realmente satisfaría las demandas de la población británica en ese momento, brindándoles los servicios de mejor calidad que realmente querían. La gente siempre tratará de encontrar formas de satisfacer sus demandas.